sábado, 11 de diciembre de 2010

Quiéreme.

Antes de empezar a quererme, no me agobies.
No seas mi sombra.
No hagas que te de más explicaciones que a mi madre.
Pero no me olvides. No dejes pasar un día sin saber de ti.
Quiero contarte dónde estoy y qué estoy haciendo. Pero no me obligues a que lo haga.
Debes saber que soy espontánea.
Que si me sale contartelo todo, lo voy a hacer. Pero si me sale no descolgar el teléfono, también lo haré. Quizás no tenga un por qué para no descolgar, sólo que puede no apetecerme.
Hablame, cuentame, enseñame como eres. Dime qué es lo que te gusta, recomiendamelo. Pero no me obligues a que escuche tu grupo o vea tu película, porque entonces no lo voy a hacer. Recomiendamelo, y ya lo haré yo, aunque sólo sea para conocerte mejor.

Hazme reir.
Pero no hagas el idiota. Eso no me hace gracia.
Hazme reir de otra forma.

Dí cosas que sean graciosas para nosotros.
Y repítemelas cuando haya gente delante.
Para que nadie lo entienda.

No seas (extremadamente) moñas.
No me regales una caja de bombones, ni un ramo de flores. NUNCA. No intentes que celebremos el dia de San Valentín, tengo totalmente claro que ese día se lo inventó el corte inglés.
Pero no olvides los días importantes. No olvides nuestro día, ni el día de mi cumpleñaos.
Nunca me regales algo excesivamente romántico como, por ejemplo, una estrella con mi nombre. Prefiero que me lleves a algún sitio a hacer una foto.

Enseñame tus sitios y tus costumbres.
Cuando vayamos juntos por la calle, no me sueltes.

Y, ¡MUY IMPORTANTE! Entiende que me gusta hacer fotos. Y abrazame por detrás cada vez que haga una.

1 comentario: