domingo, 15 de mayo de 2011

Qosptn.

A todos los que no se dignaron a conocerme y a ver cómo soy realmente.
A todos los que hablaron de mi.
A todos los que me dedicaron una mirada por encima del hombro.
A todos los que pensaron y dijeron.
A todos los que me criticaron y echaron mi nombre por tierra.
A todos los que me definieron como fría y calculadora.
A todos los que dijeron que mi único afán era acapararte y apartarte de todo, de todos y, sobre todo, de todas.
A todos aquellos que han sido culpables de alguna de mis lágrimas.
A todos los que no me apoyaron.
A todos los que me sonreían y, al rato, hablaban mal de mí.
A todos los que no entendieron mi personalidad o mi exceso de seriedad a veces.
Siempre me gustó aguantar, y pagar mis enfados con mi almohada.
Nunca me habréis visto algo más que una mala cara.
Siempre defendí la idea de callar bocas después, y de dar hostias sin mano a quién las merecía.
Siempre me pudo mi orgullo y mi infinita paciencia.
Y eso es lo que estoy haciendo precisamente ahora.
Os escribo a vosotros, a todos los de antes, a todos los que os hayáis dado por aludidos al leer el principio de esto.
Más vale malo conocido que bueno por conocer, ¿no?
Ahora echáis la vista atrás y "hay que ver, con lo buena que era Susana...".
Ahora es tarde.
Ahora mi vida no es la misma y no me importan en absoluto vuestros posibles "arrepentimientos"
Y entonces... ¿Por qué escribo esto?
Precisamente, lo hago para que lo tengáis claro.
Para que no me miréis con cara de pena y para que no intentéis evadir el tema delante mía.
Siempre fui muy pasota, ahora no va a ser menos.
A ti, que me cuidaste y me miraste con dulzura. Gracias. Por ser una señora de pies a cabeza.
Y a ti, nada. Porque no mereces la pena.
Gracias. Todo esto me hace más fuerte.

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