miércoles, 19 de diciembre de 2012

Las casualidades sí existen.

...Incluso cuando nadie es consciente de ello.
Te quiero.


miércoles, 7 de noviembre de 2012

Maldito reproductor.

Recuerdo aquél 22 de Enero. Del año 2011.
Aquella fiesta sorpresa.
Aquel cumpleaños infantil.
Aquella cena improvisada con los que, entonces, eran mis amigos.
Algunos siguen, y otros no.
Las vueltas de la vida, supongo.
Recuerdo aquél Puente de Triana, iluminado. Aquél frío de noche. Aquél mini rato en Lo Nuestro. Qué gran sitio, y cuánto echo de menos ir.
Y de repente, suenan esos acordes.
Yo, super feliz, cumpliendo 20 años, de repente tengo lágrimas en los ojos. Y eso que ninguna garganta ha empezado a cantar.
Le pregunté a tus zapatos a dónde te llevaban, cansados no me dijeron ni media palabra. El otoño se marchó, detrás se fueron tus ganas.

jueves, 25 de octubre de 2012

Las vueltas que da la vida.

Solo tenía 2 añitos cuando iba a la "guarde".
Un día (según me cuentan) salí de allí diciendo que yo de mayor quería ser "como la seño Ana, seño de guarde".
Nadie lo tomó en serio (¡evidentemente!).
Entonces, llegó Julio del año 2009. Con mis 18 años y mi 7 de media en el expediente, me plantaba delante de un ordenador para hacer la preinscripción en una carrera universitaria. Habíamos tenido muchas (MUCHAS) charlas en el colegio, nos habían explicado muchas veces la preinscripción universitaria, y nos habían dicho que pusieramos varias opciones. Pero claro... Nunca me gustó ser normal. Abrí la preinscripción, y puse: "Maestro de Educación Infantil. Universidad de Sevilla". Enviar. No puse nada más (ahora lo pienso y si hubiera llegado a quedarme fuera no sé qué habría sido de mí).
Pasó la carrera como un torbellino. Felicidad, agobio, alegría, trabajos, prácticas, exámenes, créditos, horarios, compañerismo, cambios de grupos, viaje de fin de carrera, graduación, últimos exámenes... Hasta que vi mi última nota. OCE. Con el trabajito que me había costado... Tenía un 7. Al fin. Había terminado (casi oficialmente) mi carrera. Se me saltaron las lágrimas. Tuve alegría y miedo en un mismo instante.
Y todo un verano para pensar.
Y así lo hice.
Toda la vida soñando con algo que ya había conseguido. ¿Qué era lo que venía ahora?
Psicopedagogía. Esa palabra tan complicada que (aún) no sé lo que significa.
Todo el mundo me decía que era lo mejor, que luchara por ello, que en solo dos años más tendría otra carrera... Nunca me había gustado eso. No me veía siendo psicopedagoga de mayor. Pero, por una vez (y sin que sirva de precedente), decidí hacerlo.
Empecé a planear algunas cosas, y empecé a ilusionarme (algo).
Pensé hacer el primer año de psicopedagogía, y pedir una Erasmus para el siguiente año. Siempre me ha hecho ilusión vivir una experiencia así. Por ahí me entraron algo de ganas.
Por ahí, y por el hecho de planear una "vida" junto a María. Ya nos veíamos las dos estudiando en Puerto Real, con fines de semanas gaditanos, con viajes en tren de ida y vuelta cada semana. Una forma de estar lejos pero cerca de esta ciudad y de todo el agobio que ella me produce.
Pero todo se vino abajo cuando, convocatoria tras convocatoria, me quedé fuera.
Ahí sí que me agobié.
No tenía un plan B. Y si se me ocurría alguno, era demasiado caro como para llevarlo a cabo.
Fui una ni-ni. Y no pude estar más agobiada.
Decidí dedicar mi año a inglés, acabar en Mayo con el B2 que me abrirá (o eso dicen) tantas y tantas puertas en mi futuro profesional... Un año entero solo para inglés.
No sabía ya dónde colgar carteles para clases particulares y para cuidar a niños.
No sabía ya dónde más colgar mi curriculum ni a qué ofertas de trabajo apuntarme.
Estaba agobiada. Y, además, me veía sin ningún ingreso.
Pero entonces, una mañana, sube mi padre las escaleras, entra en mi cuarto con el teléfono en la mano y me dice: toma, es mamá, van a contratarte en Sor Eusebia.
No sé describir qué sentí ni qué pensé. No sabía para qué exactamente me iban a contratar. Pero iban a hacerlo.
Al día siguiente fui allí, hablé con la jefa, y decidí dar el sí más grande que he dado en toda mi vida.
Solo 7 días después empezó mi trabajo.
Y ahora estoy aquí, después de casi dos semanas trabajando, y no puedo sentirme mejor.
Soy feliz. Estoy aprovechando mi tiempo. Estoy rodeada de niños que, aunque no tienen la edad que yo quisiera que tuvieran, son niños.
Estoy aprendiendo enseñando. Y esa es la mejor sensación del mundo.

domingo, 14 de octubre de 2012

Un mes.

Un mes sin ella.
Y me parece mentira. Llevo un mes sin ella, sin sus locuras, sin sus llamadas, sin nuestros paseitos...
Solo un mes.
Y se me ha hecho eterno.
Y todavía quedan ocho más así...
No sé qué hago aquí, tan lejos de ti...
Tan lejos de ella, de mi hermana, de mi mitad, de mi complemento perfecto.
No he pensado en los kilómetros que nos separan. Pero creo que tampoco quiero saberlo.

...te quiero, hermana. Siempre.

lunes, 16 de julio de 2012

Viva la Virgen del Carmen...

Otro año más lejos de ti...
Pero este año me has ayudado. He vuelto a dar mis primeros pasos. Justo en tu día.
Gracias.

domingo, 15 de julio de 2012

Impotencia.

Impotencia es pensar que él se está lanzando al vacío ahora mismo, o ya lo ha hecho, o está a punto de hacerlo...
Y yo estoy tumbada en una cama con la pierna para arriba para que la sangre circule mejor.
Antes de que todo esto empezara, yo le prometí que el día en el que él se lanzara al vacío, yo estaría ahí con una cámara de fotos...
Ese día es hoy... Y yo no estoy ahí...

sábado, 14 de julio de 2012

TN1.

Es verdad.
No ha sido el mejor año de mi vida, ni muchísimo menos. Al menos, no en este ámbito.
No deseaba con todas mis fuerzas que fuera viernes, no tenía ganas de meterme en una clase, no quería ni siquiera acercarme al colegio... Y muchas veces (quizás demasiadas) he hecho caso a ese pensamiento negativo, y he buscado todas las escusas necesarias para no ir. Y no he ido.
No sé si ha sido falta de motivación, de ganas, de fuerzas o de qué exactamente.
No sé quién ha sido el culpable si es que ha habido alguno en toda esta historia.
Solo sé que así ha sido mi año, y que ya no lo puedo cambiar.
Pero entonces llega ese fin de semana de mayo, en el que me dicen la fecha, el sitio y los compañeros que tendré en esa semana de julio tan esperada por los niños. Aun así... Mis ganas me siguen fallando, lo veo de lejos y digo... No. No me apetece.
Y, aún así, se confía en mí. Sin dudar, sin temblar ni una sola mano... Y me hacen coordinadora de un campamento. Una vivencia diferente, con muchas personitas a las que ayudar.
Y se me encomienda una misión especial, hablar y escuchar. Ser oídos, manos y todo lo que "mis locas" necesitaran.
Y justo siete días antes todo se desvanece. Todo se rompe...
Mis niños estarán llegando ahora a Rota, al lugar donde, para mí, empezó todo de verdad. Al sitio que me hizo ser animadora de pies a cabeza en 2010.
Y yo estoy aquí, sentada en mi sofá, con mi pierna izquierda apoyada en un cojín, y necesitando dos muletas incluso para ir al servicio.

No sé si pensar si esto es una señal, o es que el destino se está riendo de mí...
Pero esto no es lo que yo tenía planeado para el verano en el que acabara la carrera...

domingo, 1 de julio de 2012

Las casualidades no existen.

Casualidad es que yo lleve más de tres meses sin poder escribir aquí y, justamente hoy, encuentre la forma de volver a hacerlo.
Mi vida no para de girar, de dar vueltas, de moverse, de cambiar...
Mi vida juega a dar volteretas sin una colchoneta debajo. Y a mí nunca me gustaron las volteretas.
Todo parecía programado, preparado, fijo, predestinado, y de repente, zas. Nada es lo que iba a ser. Nada es como se esperaba. Y yo no sé si tengo que alegrarme o asustarme.
Lo único que sé es lo que estoy haciendo ahora mismo.
Me he sentado. Sí, tal y como suena. Me he sentado, en medio de un enorme desierto en el que estoy. Y lo estoy viendo todo. Todo pasa, todas las personas están de un lado para otro. Y yo estoy ahí sentada. No sé si esas personas no se dan cuenta, o no quieren darse cuenta.
Pero yo sigo ahí.
La paciente de siempre. La tranquila. La sonrisa asegurada. Las manos fuertes en los brazos bien abiertos.
Se acabó.
Todos los esquemas se han roto. Las flechas ya no me llevan a ninguna parte.
Se acabó.
Y no estoy haciendo nada para controlarlo. Me he sentado, pacientemente, y me he dispuesto a observar.
Creo que es mejor así. Y lo creo realmente.
Si siempre había luchado, y hoy estoy aquí... Quizás si dejo de luchar, las volteretas me dejen en otro sitio diferente. Y estaré mareada, sí, pero se me pasará. Lo superaré.
Me sigo considerando fuerte, y mis dos cojones siguen sin fallarme, aunque por el momento estén tranquilos.

lunes, 12 de marzo de 2012

Un año.


Hace un año de aquella sudadera turquesa, de aquellos dos besos casi por compromiso, de aquel " ¿quieres jugar? Es para que al darle a la pelota te caigas y pueda reírme de ti", un año de aquel "guapa" que para mí nunca existió.
Hace un año desde que me fui de allí sin decir un adios.
Y hace un año, yo no sabía todo lo que me iba a regalar aquel 12 de Marzo de 2011...

sábado, 10 de marzo de 2012

Lucía.

Es ella.
Es mi niña.
Es mi niña desde hace ya algo más de cuatro años.
Y hoy es el primer encuentro que ella vive en la que yo no la acompaño...
No puedo sentirme peor.
Imagino que cuando no se puede, no se puede...
Y creo que todo lo que ocurre tiene algún motivo, quizás nuestro día es el 14 de Abril y no hoy, quién sabe por qué motivo...
TE QUIERO, y eso no va a cambiar nunca.

jueves, 8 de marzo de 2012

Mi hermana pequeña.


Hace 6 días me paré a pensar.
Se acercaba tu cumpleaños.
¿Cuántos cumplías?
...19.
DIECINUEVE.
Y en un sólo segundo, vinieron a mi cabeza muchas imágenes, muchos momentos, muchos recuerdos, pero, sobre todo, muchos años.

Conocerla desde que tenía 10 y que ahora tenga 19... Han sido muchas las cosas que nos han unido a pesar de que la distancia que nos separara fuera también inmensa.
Y hoy estoy aquí, como tu hermana mayor, como tu mitad grande, como tu proyectista o como lo que tú quieras que yo sea en tu vida.
Nunca olvides que te quiero. Aunque... Tranquila, yo estaré aquí para recordártelo cada día de nuestra vida. Juntas.
Te quiero.
Felices 19 pequeña!

Álvaro.

Hace ya muchos meses que no escribo aquí... Muchos meses que, en realidad, llevo sin escribir sobre él. Sobre nosotros. Sobre lo que siento.
En todo este tiempo, lo nuestro no ha parado de crecer.
Hemos tenidos momentos buenos, y momentos no tan buenos.
Hemos tenido risas, peleas, lágrimas (de alegría y de tristeza), presentaciones oficiales, cenas, comidas, películas, fotos, playas, ciudades, cumpleaños...
Lo hemos pasado todo.
Pero lo más importante, es que lo hemos hecho juntos.
Álvaro es de lo más importante que existe en mi vida.
Y no sólo es mi novio. Ni mucho menos.
Álvaro es esa persona con la que comparto mis días, mis noches, mis madrugadas y mis amaneceres. Ese alguien con quien no paro de hablar, de contarle, de verle, de quererle...
Ha dejado de ser (sólo) mi novio para convertirse en mi mejor amigo.
En esa persona que me entiende con sólo una mirada o un "..." escrito.

Feliz día de la mujer.

Sinceramente... Hoy me dan igual todas esas mujeres que dicen que no necesitamos un día especial para nosotras, para nuestro sexo.
Yo no sabía que este día existía, me he enterado justo este año. Justo hoy.
Justo hoy.
Después de la tormenta siempre llega la calma... O eso dicen.
Mi calma ha llegado hoy.
Gracias a Dios o a quién quiera que sea. Pero hay calma.
Y hay sonrisa.
No existe un día mejor que el día de la mujer para acabar con el infierno que estaba viviendo.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Come back.

10 meses después.
Y una vida cambiada.
No sé si mucho, o poco.
Pero sí lo suficiente.
Madurez, experiencias, recuerdos...
Vuelvo.
Sí, vuelvo. No sé si porque tengo ganas, o porque no tengo más remedio. Al menos, si sé que es porque tengo la necesidad de escribir.
No escribir entradas increíbles.
Sino escribir, mis cosas, lo que me apetece y como me apetece.
Aquí estoy.