jueves, 10 de febrero de 2011

ZzZ..

De eso es de lo único que tengo ganas. De meterme en la cama. Y de dejar que el tiempo pase, y pase, y pase, y pase.
Ni siquiera me apetece meterme allí rodeada de 29 minipersonas. No me apetece por el simple hecho de saber que no soy yo, que no estoy en todas mis plenas condiciones, y que no puedo darles a ellos todo lo mejor de mí. Me gustaría mucho que saliera de mí ponerme a correr con ellas en ese recreo, ponerme a hacerles cosquillas a esos dos niños que, en realidad, me traen loca. Me gustaría mucho que saliera de mí ir a cenar con ellos, con mis nuevos compis, con las nuevas seños del Vedruna.
No me apetece.
Ni eso ni nada.
Ni viernes en las Salesianas de Nervión, ni carnavales por la radio, ni tuenti, ni llamadas, ni mensajes, ni absolutamente nada. Ni hacer tests, ni el teórico. Nada. Es más, si Lo Nuestro fuera hoy, tampoco me apetecería.
No me apetece hablar contigo, porque eso significa lo que significa. Y eso, tampoco me apetece.
...Me apetece morir. O algo que se asimile a eso.

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