Myself. Capítulo 3.

Tengo manías.
Algunas hacen reir a los que me conocen.
Otras les sacan de quicio a todos, o a la mayoría.
Pero las tengo.
Yo no puedo cambiarlas, o quizás sí. Pero tengo la manía de tenerlas, supongo.

Tengo la manía de bajar pronto por la mañana, para mover las tostadas del plato, q si no el calorcito hace que se moje el plato, y se ponen blanditas.
Tengo la manía de sentarme mal. Dónde sea. En el coche, en el sofá, en una silla... Siempre, me siento mal.
Tengo la manía de ir sonriendo por la calle, con mi música siempre puesta, y moviendo los labios con cada letra.
Tengo la manía de sentarme al lado de la ventana. Siempre. En el autobus, en el tren., en el coche.. Donde sea. Y si es en el coche, tiene que ser detrás de copiloto. Siempre.
Tengo la manía de comerme el filete empanado de una forma muy particular. Le quito el empanado, me como el filete, y luego los trozos de empanado de más pequeño a más grande. Sí, es de verdad.
Tengo la manía de encender el grifo de la ducha antes de meterme. Porque cuando entro, ya tiene que estar el agua caliente.
Tengo la manía de mirarme en TODAS las superficies reflectantes que existan por cualquier parte.
Tengo la manía de tener ganas de conducir.
Tengo la manía de decir que odio mi pelo, pero sentirme increiblemente guapa con él.
Tengo la manía de ponerme mil gafas de sol diferentes, cada cual más grande, aunque la gente diga que no me quedan bien.
Tengo la manía de hablar mal, y de ser borde. Y no porque me educaran para eso, sino porque... quiero.
Tengo la manía de ser irónica, y de odiar que la gente no lo entienda.
Tengo la manía de ver fotos en mi mente antes de en la cámara, y odiarme si no salen como quería.
Tengo la manía de sacarle la lengua a todos los niños pequeños que me miran.
Tengo la manía de ser antisocial en Sevilla Este, y no sé por qué.
Tengo la manía de hablar a través de una expresión en mi cara...



Tengo la manía de no querer cambiar nada, por mucho daño que hagan.
Tengo la manía de ser maniatica.